Los pre-australopitecinos
Los primeros posibles homínidos bípedos (homininos) son Sahelanthropus
tchadiensis (con una antigüedad de 6 ó 7 millones de años), Orrorin tugenensis
(unos 6 millones de años) y Ardipithecus (entre 5,5 y 4,5 millones de años).
Los fósiles de estos homínidos son escasos y fragmentarios y no hay acuerdo
general sobre si eran totalmente bípedos. No obstante, tras el descubrimiento
del esqueleto casi completo apodado Ardi, se han podido resolver algunas dudas
al respecto; así, la forma de la parte superior de la pelvis indica que era
bípedo y que caminaba con la espalda recta, pero la forma del pie, con el dedo
gordo dirigido hacia adentro (como en las manos) en vez de ser paralelo a los
demás, indica que debía caminar apoyándose sobre la parte externa de los pies y
que no podía recorrer grandes distancias.
Los australopitecinos
Los primeros homininos de los que se tiene la seguridad
de que fueron completamente bípedos son los miembros del género
Australopithecus, de los que se han conservado esqueletos muy completos (como
el de la famosa Lucy).
Este tipo de hominino prosperó en las sabanas arboladas
del este de África entre 4 y 2,5 millones de años atrás con notable éxito
ecológico, como lo demuestra la radiación que experimentó, con al menos cinco
especies diferentes esparcidas desde Etiopía y el Chad hasta Sudáfrica.
Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática que
se inició hace unos 2,8 millones de años y que condujo a una desertificación de
la sabana con la consiguiente expansión de los ecosistemas abiertos,
esteparios. Como resultado de esta presión evolutiva, algunos Australopithecus
se especializaron en la explotación de productos vegetales duros y de escaso
valor nutritivo, desarrollando un impresionante aparato masticador, originando
al Paranthropus; otros Australopithecus se hicieron paulatinamente más
carnívoros, originando a los primeros Homo.
El poblamiento de Eurasia
Esta es sin duda la etapa más confusa y compleja de la
evolución humana. El sucesor cronológico de los citados Homo rudolfensis y Homo
habilis es Homo ergaster, cuyos fósiles más antiguos datan de hace
aproximadamente 1,8 millones de años, y su volumen craneal oscila entre 850 y
880 cm³.
Morfológicamente es muy similar a Homo erectus y en
ocasiones se alude a él como Homo erectus africano. Se supone que fue el
primero de nuestros antepasados en abandonar África; se han hallado fósiles
asimilables a H. ergaster (o tal vez a Homo habilis) en Dmanisi (Georgia),
datados en 1,8 millones de años de antigüedad y que se han denominado Homo
georgicus que prueban la temprana salida de África de nuestros antepasados
remotos.[2]
De nuevo África. Nos quedamos solos
De nuevo África. Nos quedamos solos
La fase final de la evolución de la especie humana está
presidida por dos especies humanas, ambas inteligentes, que durante un largo
periodo convivieron y compitieron por los mismos recursos. Se trata del Hombre
de Neanderthal (Homo neanderthalensis) y el hombre moderno (Homo sapiens). Son
en realidad dos historias paralelas que, en un momento determinado, se cruzan.